29 sept 2014

Las asombrosas deducciones de Sherlock Holmes


Sherlock Holmes fue un detective creado por el escritor inglés Arthur Conan Doyle. En ocasiones dejaba asombrado a su amigo Watson con sus deducciones. Aquí tenéis un ejemplo: 

-Fíjese, mi querido Watson -y Holmes colocó su tubo de ensayo en el colgadero, y empezó a aleccionarme con los aires de un profesor que está hablando a sus alumnos-; fíjese, digo, en que no resulta muy difícil construir una serie de inferencias, cada una de las cuales se apoya en la que le precede siendo por sí misma sencilla. Sí, después de haber hecho eso, aparta uno todas las inferencias centrales y ofrece al auditorio únicamente el punto de arranque y la conclusión, puede producir efectos sumamente sorprendentes, aunque es posible que sean demasiado llamativos. Ahora bien: no es difícil mediante el examen del surco que separa el dedo índice del pulgar de su mano izquierda, sacar la conclusión segura de que usted no se propone invertir su pequeño capital en valores en los campos mineros auríferos.
-No veo la ligazón entre una cosa y otra.
-Es muy probable que no la vea, pero yo puedo hacerle ver rápidamente la ligazón íntima que existe. He aquí los eslabones que faltan en la cadena sencillísima. Primero: la noche pasada, y cuando usted regresó del club, había entre el índice de su mano izquierda y el pulgar restos de tiza. Segundo: usted se da tiza en ese sitio cuando juega al billar, con objeto de afianzar allí el taco. Tercero: usted no juega al billar si no es con Thurston. Cuarto: hará cuatro semanas que me dijo usted que Thurston tenía una opción sobre determinados valores sudafricanos que expiraban al cumplirse un mes, y que deseaba que usted entrase con él en el negocio. Quinto: usted guarda bajo llave en mi mesa de despacho su libro de cheques, y no me ha pedido la llave. Sexto: por consiguiente, no se propone invertir su dinero en ese negocio.
-¡Qué cosa más absurdamente sencilla! -exclamé yo.
-¡Sencillísima! -dijo él un poco molesto-. Una vez que se los explican a usted, todos los problemas le resultan infantiles.
                                    A. Conan Doyle, La reaparición de Sherlock Holmes.

¿Podrías responder a estas cuestiones?:
-Señala cuáles son las premisas y cuál es la conclusión de la inferencia anterior.
-¿De dónde surge el efecto sorprendente de la primera deducción de Sherlock Holmes?
-¿Se trata de un razonamiento inductivo o deductivo? Razónalo.

28 sept 2014

Percepción y Sensación

Estas son algunas de las cuestiones que podemos tratar en el tema de la percepción:
- Los sentidos son nuestras ventanas hacia la realidad. Pero, ¿nos representan la realidad tal y como es? "Las diferencias sensoriales implican diferencias conceptuales":
Aquellos que acaban de recuperar la vista, y que anteriormente han dependido de otros sentidos distintos de la visión, se quedan desconcertados por el mismísimo concepto de "apariencia", que, al ser óptico, no posee analogía alguna con los demás sentidos. Los que hemos nacido en un mundo de apariencias (y sus esporádicas ilusiones, espejismos, engaños) hemos aprendido a dominarlo, a sentirnos cómodos y seguros en él, pero resulta increíblemente difícil para alguien que acaba de recuperar la vista.

                                                    Oliver Sacks, Un antropólogo en Marte.

  Contemplar un atardecer en otoño y deleitarse con los rojizos y anaranjados que tiñen el cielo; el olor a café y tostadas de la mañana; el sonido de las gotas de lluvia al repiquetear en la ventana; el tacto de las sábanas limpias recién cambiadas. ¿Y si nada de esto existiera? ¿Y si las hojas de los árboles no fueran verdes, ni el azúcar dulce, ni de las rosas emanara fragancia alguna? ¿Y si viviéramos en un mundo silencioso, incoloro, insaboro e inodoro y todo aquello que creemos ver, oler, saborear, tocar, oír fuera una invención de nuestro cerebro?
    Los seres humanos siempre hemos considerado los sentidos una puerta de acceso al mundo exterior, a través de los cuales explorábamos nuestro entorno y obteníamos información sobre él, básica para poder velar por nuestra supervivencia. Aristóteles clasificó esos rádares naturales del organismo en cinco: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Y a esos, hemos ido añadiendo, recientemente, otros como el sentido del equilibrio, la temperatura, el dolor, la posición corporal y el movimiento.
No obstante, nuestros sentidos, como ya sospechaba Descartes –quien afirmaba que no podíamos fiarnos de ellos para conocer el mundo– no son simples captadores de la realidad: transforman los fotones en imágenes, las vibraciones, en sonido y las reacciones químicas en olores y sabores. Tampoco las percepciones que recrea el cerebro a partir de esos estímulos identifican el mundo exterior tal y como es. De hecho, aquello que nos rodea y la imagen mental que tenemos no tienen mucho que ver.

“¿Y qué nos importa si la realidad difiere de lo que construimos mentalmente?”, pregunta desafiante el psicobiólogo Ignacio Morgado, quien acaba de publicar Cómo percibimos el mundo (Ariel). “Para cada uno de nosotros, lo más importante es lo que percibe nuestro cerebro, lo que sentimos, lo que captamos de eso que llamamos realidad, que no es otra cosa que un concepto filosófico; el medio en que vivimos es pura materia y energía."

“El conocimiento que tenemos del mundo depende del cerebro, que filtra la información que recibe, la procesa y la hace consciente, a su modo”, explica Morgado. Experimentamos ondas electromagnéticas pero no como tales, sino como imágenes y colores. Experimentamos compuestos químicos disueltos en agua o en el aire, pero como gustos y olores. Y todo eso, los colores, los sabores, los olores, con productos de nuestra mente construidos a partir de experiencias sensoriales. “Si un árbol se derrumbara en medio del bosque, no existiría un sonido. La caída del árbol crearía vibraciones. Sólo si esas vibraciones son percibidas por un ser humano ocurriría el sonido –apunta este psicobiólogo–. La mente humana tiene mucho de virtual por el modo en que transforma la realidad. La complejidad o la belleza que apreciamos en las cosas tienen que ver con la mente misma y sus posibilidades, y también con sus limitaciones”. Es la manera como el cerebro hace que percibamos las diferentes formas de energía que circundan nuestro entorno. Fuera de nosotros, no hay luz, sólo energía electromagnética; ni tampoco olores, sólo partículas volátiles.

¿Las mismas percepciones? Los humanos compartimos la mayoría de percepciones, porque muchas de ellas son innatas. Es más, tenemos el mismo sistema fisiológico, que nos permite captar estímulos del ambiente y procesarlos. Si olemos a quemado, seguramente nos pondremos en alerta; igual que si a media noche nos despertamos por el ruido de cristales rotos, nos sobresaltaremos. Pero que percibamos las mismas sensaciones, no quiere decir que lo hagamos del mismo modo. Excepto las personas con algún problema visual, todos coincidimos en que los plátanos o los limones son de color amarillo; ahora bien, si todos vemos el mismo amarillo es imposible de saber, porque para comprobarlo deberíamos meternos en la piel y en la mente de los otros. Y eso es imposible. Pero bueno, que diferentes personas tengan diferentes cualidades perceptivas ante los mismos estímulos, tanto dan. Lo importante es que coincidamos y podamos comunicarnos. De alguna manera, todos vivimos en un mundo imaginario, que creamos cada día, y los realmente asombroso y fascinante es que podamos compartirlo con otros.

Fuente: https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120629/54316673688/las-percepciones-sensoriales.html

- Sobre cómo estimulan nuestros sentidos para el consumo: Cada día recibimos miles de estímulos publicitarios y tomamos decisiones de compra pero... ¿Somos libres al tomar esa decisión? ¿Nos guía la razón al inclinarnos por un determinado producto? ¿Qué hacen marcas y tiendas para atraernos? El documental Consumo: el imperio de los sentidos, producido por TVE, trata de dar respuestas a algunas de estas preguntas, y nos muestra cómo se diseñan las estrategias de marca y empresa y cuál es el impacto que tienen en el consumidor.

 - Sobre las ilusiones perceptivas. En determinadas circunstancias, nuestro cerebro no tiene suficiente información o está influido pro el contexto y la reconstrucción que hace del mundo que nos rodea, a partir de las sensaciones, es ambigua o defectuosa. Aparecen entonces las ilusiones ópticas: https://verne.elpais.com/verne/2016/01/27/articulo/1453897011_477533.html

La filosofía: "jugar en serio"

 Platón considera la actividad filosófica como "jugar en serio": tomar en serio cuestiones que generalmente ignoramos (o que consi...