6 mar 2018

Carl Amery, "Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI?



Auschwitz, ¿comienza el siglo XXI? Hitler como precursor.
Turner, FCE, Colección Noema, 2002. 

"Frente a la tendencia generalizada de interpretar el período del Tercer Reich como una excepcionalidad histórica, como un tumor crecido en el corazón de la civilizada sociedad occidental, este ensayo rastrea los fundamentos "científicos" y "filosóficos" así como el ambiente social en los que se cimentó el engrudo teórico del nazismo y avisa de su pervivencia en el seno de la sociedad contemporánea".

La aparición de un nuevo interrogante en la Europa de entreguerras -las condiciones que requiere la continuidad de nuestra especie en un planeta limitado-  tuvo como respuesta, en la Alemania nazi, la aplicación de "un programa asesino que ejecutaría un pueblo superior". Un programa que permitiría a esa raza "superior" poder y bienestar a través de una agresión permanente, mediante el sometimiento y diezmo de los pueblos esclavos.
Para Amery sería de "una ingenuidad imperdonable suponer que las próximas décadas y generaciones no pudieran revivir dicho programa".
 Las ideas que aparecen en el libro "Mi lucha", de Hitler, estaban ya en el ambiente cultural y científico de la década de los veinte del siglo pasado. Incluso en sectores progresistas abundaba el racismo explícito, la eugenesia y las afanes imperialistas. Los avances en genética y el darwinismo social dieron lugar a un "racismo científico" que con esos argumentos hacía imposible la integración o asimilación voluntaria del diferente (la naturaleza heredada no se podía cambiar). 
El propio lenguaje metafórico de Hitler se basaba en lo epidemiológico, en lo clínico, en la denuncia del "bacilo judío", la "infestación racial" o el peligro de la degeneración racial. La naturaleza se interpretaba así como una juez implacable que los defensores de la igualdad intentaban insensatamente violentar salvando a los más débiles y discapacitados.
Amery se plantea si es posible, o probable, "una crisis hitleriana en el siglo XXI: "Se está partiendo (en la actualidad) del supuesto de que la producción deseada de la economía mundial puede ser satisfecha, gracias a los avances científico-técnicos, por un veinte por ciento de la población mundial". El resto (de la población) es custodiado por la actual sociedad de la vigilancia, pero "cabe prever que algún día habrá que deshacerse de él". Lo que debemos desarrollar -propone Amery- es "una nueva solidaridad con la biosfera, el sustrato de la vida, que se apoye en el conocimiento y en la humildad".
  

Datos biográficos:

Carl Amery, cuyo verdadero nombre es Christian Anton Mayer, nacido el 9 de abril de 1922 en Munich y fallecido el 24 de mayo de 2005 (a los 83 años) en Munich, fue escritor de ciencia ficción, ensayista político y activista medioambiental alemán.
Durante la Segunda Guerra Mundial, a la edad de 21 años, fue tomado prisionero por las tropas estadounidenses. Regresó a Munich en 1946, donde reanudó sus estudios de idiomas y literatura alemana. Comenzó a escribir bajo el seudónimo estadounidense, Chris Mayer, antes de elegir el seudónimo Carl Amery, siendo Amery el anagrama de Mayer. Basado en sus convicciones religiosas y sus experiencias de guerra, Amery se opuso al rearme alemán en la década de 195o y al estacionamiento de armas nucleares en Alemania.
 En 1954 apareció su primera novela. Mientras tanto, se une a Groupe 47 y confirma su reputación como un satírico con su novela La gran gira alemana, publicada en 1958. En 1967 se unió a los socialdemócratas y trabajó para organizar el apoyo a Willy Brandt en las decisivas elecciones de 1969.
 De 1967 a 1971, Amery trabajó como director de la Biblioteca Municipal de Munich, tomando un largo descanso de su trabajo como escritor. Fue en 1974 cuando finalmente recurrió a un tercer género literario, la ciencia ficción. En gran parte fue influenciado por Gilbert Keith Chesterton, cuyas novelas de ciencia ficción publicó más tarde en traducción al alemán. 
Se retiró del partido socialdemócrata en 1974 y luego ayudó a fundar el Partido Verde, participando en la conferencia de Karlsruhe en 1980. Fue Presidente de la Unión de Autores Alemanes en 1976 y 1977 y Presidente del PEN Club alemán hasta 1991.
En 2001, Amery explica en una entrevista que, por razones de salud, ya no puede escribir novelas. El estado de salud de Amery se degrada a causa de un enfisema pulmonar hasta su muerte en 2005.

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