¿Qué es la lectura dramatizada?
 La lectura dramatizada es una modalidad de la lectura oral en la que el
 lector debe representar a los personajes por medio de  la voz. Necesita de ensayo,
 porque si bien no requiere de la  memorización de los textos y los 
movimientos no son los exactos de un  montaje, la capacidad expresiva sí
 lo tiene que ser. La calidad de la lectura dramatizada depende en gran 
medida del dominio  de la voz, por ello es imprescindible una dicción 
clara y precisa, una  entonación cargada de naturalidad expresiva y 
reflejar las  características del personaje que se interpreta. La modulación de la voz  es muy importante para facilitar al oyente la comprensión del texto. 
Es
 necesario conocer el contenido de la obra, su objetivo, su carácter 
(trágico, alegre o dramático), la época en  que fue escrita, las 
circunstancias históricas y socioeconómicas en que  se desenvuelve la 
trama y las características de los personajes, con el  objetivo de tener
 una visión de conjunto. Uno de los integrantes del grupo puede hacer la
  presentación e incluir en ella una visión general del argumento.  Cada
 lector debe estar familiarizado con el personaje que interpreta y  sus 
relaciones con el resto de los personajes. Debe conocer sus  
características generales: edad, posición social, nivel cultural, estado
  de salud, características psicológicas y todos los datos que tiendan a
  ofrecer una visión clara de su personalidad, para reflejar en los 
diálogos el estado de ánimo del personaje en cada momento.  
 Requisitos:
- Los lectores deben estar colocados en un lugar visible para el resto del grupo, y pueden permanecer de pie o sentados en forma semicircular, manteniendo en sus manos el texto, del que cada uno debe poseer un ejemplar.
 - Mantener el contacto visual con los oyentes para facilitar la comprensión del texto.
 - Mostrar interés por lo que se lee y proyectar la voz hacia el auditorio, no hacia el suelo o hacia el papel.
 - Leer a una velocidad adecuada. No se trata de leer siempre rápido, sino de saber ajustar la velocidad al tipo de texto y al objetivo de la lectura controlando la respiración.
 - Regular el volumen ajustándolo al tipo de texto.
 - Leer con seguridad, sin vacilaciones, evitando volver atrás.
 - Entonar adecuadamente las palabras, marcando las sílabas tónicas. Previamente deben haberse trazado las marcas entonacionales en el texto.
 - Respetar la mayor o menor duración de las pausas indicada por los signos de puntuación.
 - Poner énfasis en los momentos o palabras claves evitando la monotonía en el tono.
 - Evitar los cambios de ritmo en la lectura si no están justificados  
y, por el contrario, utilizarlos intencionadamente para llamar la  
atención del público.
Fuente: https://www.ecured.cu/Lectura_dramatizada 
Un proyecto interesante que intentaba conectar la filosofía y el teatro fue "Escenas de filosofía y teatro" organizadas en Barcelona en octubre de 2017.