18 oct 2019

La filosofía como "amor al saber"

"¿Qué es la filosofía? Muchos se dan por satisfechos con la respuesta etimológico-psicológca: es el amor al saber. Como si el amor o el deseo de saber tuviera que ser, por sí mismo, filosófico, siendo así que casi siempre el deseo de saber es de índole práctica, tecnológica o científica, y muchas veces frívola curiosidad o curiosidad infantil; y como si la filosofía no fuese también algo más que un mero amor al saber, es decir, como si la filosofía no comportase por sí misma un saber, por modesto que sea".
Gustavo Bueno, ¿Qué es la filosofía? (1995)

Para Bueno la filosofía no es, pues, un mero amor al saber, sino "un cierto saber". No es tampoco un saber sobre el pasado (sobre las obras de Platón, Aristóteles, Hegel...), sino "un saber acerca del presente y desde el presente"; ni, en sentido estricto, sería como se afirma muchas veces "la madre de las ciencias". La filosofía sería más bien "un saber de segundo grado", es decir, un saber que presupone otros saberes previos "de primer grado" (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos...): las Ideas de las que se ocupa la filosofía "brotan - señala Bueno- precisamente de la confrontación de los más diversos conceptos teóricos, políticos o científicos". La filosofía sería "un saber dibujado frente a otros pretendidos saberes", un saber que sólo puede llevarse a cabo "impugnando otras respuestas".
Así, respecto al saber político, la filosofía sería un saber necesario para la democracia, "para ser hombres y no sólo ciudadanos"; sería el "arte de la argumentación y de los tópicos" (del debate en torno las diferentes doctrinas dadas a propósito de cuestiones relevantes).  Respecto al saber científico, la filosofía analizaría "las densas nebulosas ideológicas" en cuyo seno, con frecuencia, "cierran" las ciencias positivas (como Kepler que "no necesitó cortar con la mitología solar para establecer las leyes planetarias"; o Newton, que  no necesitó prescindir de sus ideas teológicas "en su reflejo en el espacio absoluto, como sensorio divino, para establecer las leyes de la gravitación"). Un saber científico que crea incluso sus propias "nebulosas" (como el principio antrópico o la idea de una ciencia universal unitaria). Pero la filosofía no sería, como se suele señalar, la "ciencia del todo" o una ciencia particular sobre los primeros principios o evidencias. El saber científico no necesitaría de fundamentación filosófica, sino que es "regla de sí mismo" (de su evaluación).
Respecto al papel de la filosofía en la educación, Bueno advierte sobre el peligro de atribuir a la filosofía un papel instrumental "respecto de otros saberes prácticos, considerados como subordinantes": bien desde la subordinación a la fe religiosa del cristianismo (como sucedió durante el nacional-caloticismo, durante el que, conviene recordar que "la presencia de la filosofía en los planes de estudios alcanzó sus índices ḿás altos"); bien desde un papel ideológico "respecto de los sistemas políticos en los cuales está implantada". En ambos casos, el campo filosófico, como señalaría Bourdieu, perdería su necesaria autonomía en relación con los campos religioso o político. 
También cuestiona Bueno que la filosofía, en la enseñanza reglada, sirva para "enseñar a pensar a los ciudadanos". Sí podría ayudar a evitar que se presenten como propias tesis que forman parte de un sistema que desconocemos, "como descubrimientos o convicciones personales unos determinados lugares comunes" de cuyo alcance no tenemos siquiera noticia. De todas formas, concluye Bueno:
"En España, en nuestro presente, la educación filosófica es universal  a todos los ciudadanos, a menos desde un punto de vista legal, sin embargo la presencia de hecho de una filosofía crítica puede considerarse como prácticamente nula. ¿No debe ser esto uno de los principales motivos de reflexión autocrítica para el cuerpo de funcionarios del Estado a quienes se les ha encomendado la educación filosófica de la Nación?"
Para saber más:
https://www.rtve.es/television/20160209/gustavo-bueno-ejemplo-vivo-del-filosofo/1299761.shtml

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