"Nada hay más contrario a la Filosofía que la aceptación de la división Ciencias/Letras y nada más incompatible con sus objetivos que el mantenimiento de tal división... Sabido es (aunque no haya nada menos asumido) que el Discurso del Método es tan sólo el Prólogo añadido por Descartes a sus escrito científicos a fin de mostrar lo estéril que sería abordar éstos sin el hilo conductor de la problemática común. Locura parecería a este pensador el que desde el primer año de Bachillerato se canalice a unos estudiantes exclusivamente hacia el Prólogo y a otros exclusivamente a una de las disciplinas científicas por él abordadas... Y ello por obediencia a la exigencia de especialización absurdamente identificada al progreso del espíritu... Siendo imposible, y estéril, seguir los vericuetos de las diferentes disciplinas, no lo es, por el contrario, encontrar el lugar de intersección de los problemas esenciales que cada una de ellas (de tener realmente interés) plantea... Es posible que hoy se forme a los estudiantes para llegar a ser buenos especialistas. Pero la reducción del trabajo humano a especialización, aunque necesario para un orden social dado, constituye una traba cuando la finalidad del esfuerzo es el comprender y no el abrirse camino; el recrearse y no el sobrevivir; o si se quiere: cuando la finalidad del esfuerzo es propiamente humano y no parodia de la subsistencia animal".
V. Gómez Pin, "La filosofía como exigencia democrática".
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