Fco. de Goya, Fragmento de "Desgracias acaecidas en el tendido de la plaza de Madrid, y muerte del alcalde de Torrejón" (1816). |
Jesús Mosterín en el artículo "Mitos de la tauromaquia" (El País, 27/09/2015) desmonta algunos de los supuestos argumentos en defensa de la tauromaquia, sosteniendo que "los defensores de los toros intentan esconder la crueldad de las corridas con argumentos insostenibles". En su libro "El triunfo de la compasión" (Alianza, 2014), Mosterín analiza estos argumentos fallidos:
- Sí, las corridas de toros son crueles, pero también hay otras crueldades y salvajadas en el mundo. (¡)
- La corrida de toros es tradicional y eso la justifica. El toreo sería una tradición que, aunque cruel, tiene un valor
"cultural" (pero el adjetivo “cultural” no es valorativo, sino meramente
descriptivo, y no implica juicio de valor alguno). Como señala Mosterín
en otro artículo ("La España negra y la tauromaquia"), "desde un punto de vista ético, lo importante es determinar si una norma
es justificable racionalmente o no; su procedencia tribal, nacional o
religiosa es irrelevante. La justificación ética de una norma requiere
la argumentación en función de principios generales formales, como la
consistencia o la universalidad, o materiales, como la evitación del
dolor innecesario. Desde luego, lo que no justifica éticamente nada es
que algo sea tradicional". Y añade: "Frente al burdo sofisma de que, puesto que los caballos o los toros no
hablan ni piensan en términos abstractos se los puede torturar
impunemente, el gran jurista y filósofo liberal Jeremy Bentham señalaba
que la pregunta éticamente relevante no es si pueden hablar o pensar,
sino si pueden sufrir".
- Los toros no sufren (falsedad que demuestra la neurología actual)
- Los toros sí sufren, pero antes viven bien. (¿Por ello hay que torturarlos atrozmente antes de morir?)
- Los toros de lidia y las dehesas en que se crían desaparecerían sin las corridas.
- Las corridas de toros son un combate noble entre dos contendientes. Este argumento se apoya en la presunta agresividad del toro (un herbívoro cuya tendencia natural es la huída) y en el duelo en la plaza entre torero y animal (se trata más bien de un
"simulacro de lucha" en la que al toro se le vuelve loco de dolor para
que pelee).
- Las corridas de toros dan de comer a gente que, sin ellas, quedarían sin trabajo.
- Al hablar de tauromaquia, hay que olvidarse de la lógica. Otro filósofo, Fernando Savater, ha defendido que los animales, que carecen de obligaciones, tampoco pueden tener derechos, con el argumento de que, puesto que hay una correlación semántica entre "derechos" y "obligaciones", no se pueden tener derechos sin tener obligaciones. La invalidez de este argumento se prueba con otro de la misma forma lógica, aunque distinto contenido, que nadie aceptaría, como el siguiente: los curas, que carecen de hijos, tampoco pueden tener padres, pues hay una correlación semántica entre "padres" e "hijos", por lo que uno no puede tener padres sin tener hijos.
- Los animales no humanos no merecen compasión.
- No hay que prohibir las corridas de toros porque no hay que prohibir nada. (¿La libertad es una coartada para maltratar a criaturas sintientes?)
En 2010 se aprobó una Iniciativa Legislativa Popular en Cataluña para cerrar las plazas de toros en la Comunidad. En el debate participaron toreros, ganaderos y científicos. Pinchando aquí puedes seguir sus argumentos.
Un argumento que a veces se olvida contra las corridas de toros es que haya todavía quien justifique o disfrute con que haya personas (los toreros, banderilleros, picadores...) que deban correr riesgo de lesiones físicas (o incluso la muerte) en el ejercicio de su profesión.
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