15 mar 2019

Teatro y Filosofía: "Y los peces salieron a combatir contra los hombres" de Ángelica Liddell.


“Los peces salieron a combatir contra los hombres”.
Extracto del texto teatral de Angélica Liddell
Para el texto completo pincha aquí.
En esta obra Angélica Liddell hace una crítica social denunciando la situación de los inmigrantes africanos que intentan llegar a España en pateras y cayucos, muriendo en muchas ocasiones, frente a la indiferencia de los responsables y de muchos ciudadanos.
 ANGÉLICA.- ¿Cómo empiezo? Empiezo con ballena blanca. Moby Dick. Cae del techo. Revienta contra el suelo. Y del estómago de la ballena blanca salen corriendo cien negros, cien negros pobres, con cabezas de pescado, y cantan Somewhere over the rainbow. El trasatlántico de lujo atraviesa el escenario arrastrando racimos de negros, racimos de negros pobres. Como si el barco tuviera una cabellera humana.
Como si el barco tuviera una cabellera hambrienta. La fachada del Teatro de la Ópera aplasta a un negro que dialoga con un trozo de pan. Una montaña de pan podrido sobre el escenario.

ANGÉLICA.- 1-11-1988: 10 muertos. Faltan nueve, nueve desaparecidos. Lo que pudre a la sociedad es que nadie se avergüenza de sí mismo. Nadie se siente culpable. Mis labios están tan rígidos como mis dientes.
10-3-1989: 10 muertos. El poder me asusta, pero es la sociedad lo que me repugna. La sociedad vomita a los pobres. Me amontono debajo de la mesa para protegerme.
15-5-1989: 20 muertos. La apoteosis de la burguesía consiste en no reconocer la melancolía en el resto de los hombres. ¿Cuál es la melancolía del ahogado? Desciendo al culo de un tiburón para saberlo.
12-6-1997: 25 muertos. Faltan quince, quince desaparecidos. Algún día la tierra no soportará los excesos de los hombres. Y los animales volverán a gobernar. Y el arte desaparecerá junto a la pobreza y a la riqueza, puesto que los animales son bellos y buenos por sí mismos.
15- 9- 1997: 14 muertos. Faltan diez, diez desaparecidos, desaparecidos, desaparecidos. El peligro reside en pensar que la pobreza es algo que pertenece a la naturaleza del náufrago. Pero la pobreza no pertenece a naturaleza alguna. La pobreza no es natural. Y los turistas se mean en la orilla.
5-7-1998: 38 muertos. Preferirían atravesar el parque. Preferirían sentir el césped bajo sus pies. Preferirían ser verdes. Preferirían no tocar el mar o reventarlo a patadas si se convirtieran en Cristos. Alguien dice, no sufren como nosotros, aguantan más. Los surfistas reducen al hombre a lo que es capaz de aguantar, lo reducen a la bestia. Séptimo gran naufragio de patera. 13 muertos. Faltan 27, 27 desaparecidos. Octavo gran naufragio de patera. 12 muertos. Noveno gran naufragio de patera. Faltan 15, 15 desaparecidos. Y si aparecieran. Décimo gran naufragio de patera 14 muertos. Faltan 46, 46 desaparecidos. Y si algún día aparecieran. Y si algún día aparecieran convertidos en peces para combatir contra los hombres.
(…)¿Se da cuenta, señor Puta, de que este pescado tiene ojos de hombre? Se han ahogado tantos negros que los peces empiezan a tener ojos de hombre. Se han comido a tantos negros que los peces empiezan a tener ojos de hombre. Habría que darle escopeta a los pescadores. Porque a un pez con ojos de hombre hay que matarle como a un hombre, ¿verdad señor Puta? Porque los negros también son hombres, ¿verdad señor Puta? (…)

No encuentro cifras de ahogados. No encuentro cifras totales de ahogados al año. ¿Cuántos hombres mueren ahogados intentando alcanzar la costa de España? ¿Cuántos hombres desaparecen? Nunca me he preocupado por las cifras. Pero en este caso la considero necesaria. La cifra necesaria para estremecerse. La cifra necesaria para convertirles en hombres de una vez por todas. Algún día conoceremos la cifra. Y no nos lo creeremos. Y esa sensación será odiosa. Y entonces diremos: no sabíamos que eran tantos. Diremos: no sabíamos lo que estaba pasando. Leo sobre la foto de tres inmigrantes ahogados, rígidos, con los puños cerrados sobre el pecho. Leo: los problemas de los inmigrantes. Encima de esa foto terrible alguien se ha atrevido a escribir: los problemas de los inmigrantes.
Ahogarse es solamente un problema. África parece ser solo un problema. África no parece estar compuesta de seres humanos sino de problemas. Los problemas de los inmigrantes. Ahogados, rígidos, con los puños cerrados sobre el pecho. Los pobres no tienen alma. Problemas. Son los problemas de los inmigrantes. No nuestros problemas (…)

LA PUTA.-
¡Señor Puta, señor Puta, escuche, escuche lo que dicen, señor Puta! Los tres primeros cadáveres, dos hombres y una mujer, fueron divisados cuando flotaban a tan solo 200 metros de la orilla. Poco después fueron hallados otros ocho cadáveres sumergidos a tan sólo 15 metros de la orilla. Escuche, escuche lo que dicen, señor Puta. A pesar de la proximidad de la costa, la gran cantidad de ropa que portaban los pasajeros para combatir el frío, debió dificultar su permanencia a flote, señor Puta. Y un día cualquiera, Señor Puta, un día cualquiera, sin gran naufragio de patera, un día cualquiera, hallado el cadáver de un hombre que intentaba entrar a nado, de rasgos magrebíes, de unos 25 años, indocumentado, al menos llevaba tres días en el agua. Escuche, escuche lo que dicen, señor Puta. Indicaron que el cadáver no presentaba signos exteriores de violencia.
Todo empezó a las 7:30 del jueves. Hacía dos horas que la lancha había partido de un lugar indeterminado de la costa de Marruecos. La claridad imprecisa del amanecer, las cercanas luces de la costa, y la masa negra de los acantilados, daban la impresión equivocada de que la tierra estaba a un paso. Los inmigrantes suplicaron a los patrones que les acercaran a la orilla porque no sabían nadar. Pero estos se negaron y amenazaron con acuchillarles si no saltaban por la borda. Finalmente los irregulares se arrojaron al mar. Al menos trece de ellos se fueron directamente al fondo. Las corrientes batieron sus cuerpos contra las escolleras de la zona, afiladas como cuchillos. Cuatro de las víctimas eran mujeres. Sus vientres hinchados de agua hicieron creer erróneamente que estaban embarazadas. Otras siete mujeres consiguieron alcanzar la playa. También logró salvarse un hombre al que rescataron del agua al borde de la asfixia. En total ocho personas han conseguido sobrevivir a la tragedia. Varios de ellos tenían fracturas en las caderas y en las piernas. Otros sufrían quemaduras por el ácido que forma la mezcla de gasolina con el agua del mar. La mayoría presentaban hipotermia severa. Trece cadáveres, señor Puta. Ocho supervivientes, señor Puta. ¡Faltan dos!
Faltan dos, faltan dos, faltan dos... Faltan dos para sumar las 23 personas que viajaban en la patera. Escuche, escuche lo que dicen, señor Puta. No hay muchas esperanzas de encontrarlos pronto. Todo hace suponer, como en otras ocasiones, que sus cuerpos aparecerán dentro de varios días, mutilados por los peces, en algún paraje apreciado por los turistas.

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