19 feb 2020

La ultraderecha actual y la crítica a la modernidad y la defensa de valores universales.

  La mayoría de los partidos de la extrema derecha europea y americana proceden -como ha señalado Francisco Vázquez-  de la quiebra de nuestra herencia moderna, "es un episodio típicamente postmoderno e implica la puesta en tela de juicio de los principios universalistas de la Ilustración, que ahora son presentados como ideología de las élites protagonistas de la globalización económica, tecnológica y cultural, (ya sea el discurso “buenista” acerca de los derechos humanos, el lenguaje de la corrección política o lo que denominan “ideología de género”).
Esta ultraderecha (como ejemplifica Vox en el caso español) difiere en muchos aspectos de los fascismos del siglo XX: apuesta más por un ultraliberalismo que por un Estado totalitario que intervenga en el mercado; el referente romántico a la tradición está más debilitado (aunque pervive en su conexión con ciertas tradiciones religiosas o culturales, como la tauromaquia); y más que retornar al nacionalcatolicismo, se adopta una reacción antiislámica y sobre todo antimoderna ("contra las abstracciones universalistas del cosmopolitismo multicultural, desarraigadas, alejadas de la “sangre” y de la “tierra”).

En el ámbito de la igualdad, por un lado, frente a las antiguas lealtades a la raza, la familia, la religión o la nación (que intenta recuperar la ultraderecha actual), la modernidad defiende el primado de la ley civil sobre la ley de la familia (sobre los vínculos de sangre), en las relaciones laborales, en la defensa de las minorías étnicas. El pensamiento moderno propone el derecho universal al libre examen, al pensamiento autónomo más allá de las lealtades tradicionales.  

Por otro lado, en el ámbito de la justicia, la prevalencia de la condición humana sobre la adscripción a una tierra o a una comunidad de sangre particular, es otra conquista universal de la modernidad. Pero del mismo modo que la ultraderecha pretende subordinar la ley civil a la ley de familia, "sostiene la prioridad de la pertenencia nacional sobre la pertenencia a la especie, de ahí sus propuestas en materia de extranjería e inmigración". Frente a ello, "desde los teólogos de la escuela de Salamanca pasando por el iusnaturalismo moderno de Grocio hasta desembocar en las modernas declaraciones de derechos humanos, Occidente asentó la idea de que existen unos derechos universales por la circunstancia misma de pertenecer a nuestra especie, con independencia y por encima de las leyes vigentes en los distintos Estados nacionales".

Por último, junto al cuestionamiento de los conceptos modernos de igualdad y de justicia, la ultraderecha también rechaza los conceptos de verdad y ciencia, negando la diferencia entre ciencia y opinión (considerando, por ejemplo, "los diagnósticos científico-naturales sobre el cambio climático, o científico-sociales sobre las desigualdades de género, en el mismo plano que las ideologías políticas o las creencias religiosas"): "La verdad de un aserto no depende de las razones que lo avalan sino de la fuerza simbólica que consiga imponerlo". Frente a ello, la ciencia moderna, desde Galileo y Descartes, cuestionaba el principio de sometimiento a la autoridad y remitía a una verdad universal sustentada en pruebas y argumentos válidos con independencia del sujeto que las invoca. Es la resistencia de los hechos frente a las interpretaciones.  

La narrativa postmoderna de la ultraderecha ha reactualizado los mensajes de la sangre (familia), de la tierra (patria) y de la “posverdad” (ideología), que parece ofrecer refugio ante la incertidumbre y el individualismo competitivo de la sociedad capitalista neoliberal. Frente a este engañoso refugio, debemos enseñar "que las contiendas involucrando al género, la etnia o a la orientación sexual son también luchas por lo universal", que el retroceso en los derechos sociales o el incremento de la desigualdad "no son una consecuencia de las conquistas históricas del universal por la especie humana, sino una prueba de la fragilidad de estas conquistas y una exigencia para preservarlas contra la barbarie". 

Fuente: 
 https://eltercerpuente.com/author/franciscovazquez/

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