¿Podrían los estímulos ocultos en los mensajes publicitarios (..) manipular al consumidor? Esta es la esencia de la mitificada publicidad subliminal: "Aquella que mediante técnicas de producción de estímulos de intensidades fronterizas con los umbrales de los sentidos o análogas, puede actuar sobre el receptor, individual o colectivo, sin ser percibida conscientemente".
En rigor, sin embargo, subliminal es lo que está por debajo de lo liminal, es decir, de lo perceptible por los sentidos. ¿Cómo podría entonces el consumidor reaccionar ante algo que no ha captado, por lo menos conscientemente? Se halla extendida la creencia de que palabras o imágenes pueden influir en el comportamiento apelando al subconsciente del individuo.
Los publicistas (algunos poco escrupulosos), no contentos con vendernos cualquier cosa (al fin y al cabo es su trabajo), penetrarían en nuestro cerebro contra nuestra voluntad para inducirnos a comprar lo que sea: lo necesitemos o no. De ser cierto, mediante esta técnica se podría aprender sin esfuerzo escuchando, por ejemplo, nuestra música preferida con información subliminal embebida. Y, yendo aún más allá, el gobierno o cualquier poder podría llegar incluso a controlar nuestras mentes y cuerpos a base de introducir mensajes subliminales, como muestra el filme.
Sin embargo, como señala T. Hines, en Pseudoscience and the paranormal (1990), las investigaciones realizadas al respecto muestran efectos muy limitados de la estimulación subliminal y no avalan su supuesta eficacia sobre la modificación del comportamiento. Podemos, de momento, estar tranquilos y seguir yendo a las grandes superficies con la seguridad de que, aunque salgamos con el carro de la compra lleno a rebosar, habremos comprado lo que nos hacía falta.
La creencia en el poder de los mensajes subliminales para manipular el comportamiento, arranca en 1957 (www.parascope.com). El promotor publicitario norteamericano James Vicary afirmó que con mensajes del tipo "Come palomitas" y "Bebe Coca-Cola", insertados durante la proyección de un largometraje en un cine de Nueva Jersey, las ventas de palomitas habían aumentado el 58%, y el 18% las del refresco.
Unos supuestos resultados que no han podido ser confirmados, pero que perviven, sin fundamento, en el imaginario popular. Seguiremos así sin conocer el verdadero rostro de los que controlan nuestras vidas: "¡Ellos viven. Nosotros dormimos!" ¡Qué miedo!
(Jordi José y Manuel Moreno, El consumo y la publicidad subliminal, Fuente: El País, 2004)Sobre el tema de las Ilusiones perceptivas puedes ver distintos tipos pinchando en el título anterior subrayado (en Psicoactiva.com)
Cuestiones:
- ¿Qué opinas sobre la crítica sobre los supuestos efectos de la percepción subliminal expresada por los autores del artículo anterior?
- ¿Qué opinas sobre la crítica sobre los supuestos efectos de la percepción subliminal expresada por los autores del artículo anterior?
No hay comentarios:
Publicar un comentario