En el conocido libro del paleontólogo Stephen Jay Gould, La falsa medida del hombre, se denuncia cómo se investiga «la abstracción de la
inteligencia como una entidad única, su localización exclusiva en el
cerebro, su cuantificación para cada persona y el uso de estos números
para ordenar a las personas en una escala de valor, para invariantemente
descubrir que los grupos raciales, clases sociales o sexos oprimidos y
en situación de desventaja son innatamente inferiores y merecen su
estatus».
Gould describía dos de las técnicas utilizadas para medir la inteligencia, la craneometría y los test psicológicos. Estas dos técnicas se basan en dos falacias: la cosificación, es decir, «nuestra tendencia de convertir conceptos abstractos en entidades», en este caso el cociente intelectual y el factor de inteligencia general o g de Spearman, que han sido las piedras angulares
de la investigación acerca de la inteligencia durante muchos años. La
segunda falacia reside en la tendencia a «ordenar en escalas ascendentes
variables muy complejas». (Fuente: wikipedia).
Los primeros tests se elaboraron en Francia, por encargo del ministerio de educación, diseñados por
Alfred Binet (1857-1911) y colaboradores.
Según Binet, la inteligencia no es una realidad fija y heredada, sino que se desarrolla con el apoyo de una educación adecuada. Binet, advirtiendo de los riesgos que los tests comportaban, insistía en tres puntos:
a) los tests no miden la 'inteligencia' como realidad innata o permanente,
b) la escala o puntuación es una guía aproximativa para identificar las carencias que la educación tenía que corregir y
c) los resultados bajos nunca tienen que tomarse como una etiqueta de incapacitado innata sino como una posibilidad de mejora.
a) los tests no miden la 'inteligencia' como realidad innata o permanente,
b) la escala o puntuación es una guía aproximativa para identificar las carencias que la educación tenía que corregir y
c) los resultados bajos nunca tienen que tomarse como una etiqueta de incapacitado innata sino como una posibilidad de mejora.
Sin embargo, autores como Goddard y Terman, hereditaristas norteamericanos, no respetaron los principios
de Binet: sus prejuicios sociales se impusieron.
Goddard, director de un centro para el estudio psicológico de los
débiles mentales y firme defensor que un gen determinado provocaba
debilidad mental, tradujo los tests de Binet al inglés y los aplicó
a diferentes grupos. Son sorprendentes e increíbles los resultados
que obtuvo con inmigrantes que llegaban al puerto de Nueva York:
el 83% de los judíos, el 80% de los húngaros, el 79% de los
italianos y el 87% de los rusos eran débiles mentales.
Después de hacer importantes adaptaciones de los tests, los resultados
seguían estableciendo elevados porcentajes de débiles mentales entre
los no norteamericanos.
Pero quien más luchó para extender en EEUU los tests que medían el nivel de
inteligencia y la posible debilitado mental fue Lewis M.
Terman (1877-1956). Él marcó el patrón de casi todos los tests
de QI (cociente intelectual) que se idearon posteriormente. Terman propugnaba
convicciones decididamente racistas, afirmando que
los débiles mentales eran criminales en potencia. Así,
en California, su estado, bajo la influencia de la Fundación para la
mejora humana de la cual era miembro activo, se esterilizaron, hasta
el 1929, 6200 'débiles mentales'.
(Fuente: http://www.xtec.cat/~lvallmaj/preso/debilsm2.htm)
Inteligencia y eugenesia: La preservacion de la... por raulespert
También puedes leer el interesante artículo publicado en el diario La Vanguardia: "¿Sirven de algo los test de inteligencia?
El test de inteligencia de la isla de Ellis (1912) por raulespert
Cuestiones:
- ¿Qué opinas de las distintas valoraciones que se vierten en el artículo de La Vanguardia sobre los test de inteligencia? ¿Podríamos sacar una conclusión sobre la validez de su aplicación en la actualidad?
- ¿Qué conexiones se establecieron entre la eugenesia (la mejora de las poblaciones) y la medición de la inteligencia, tal y como muestra el vídeo de arriba?
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