7 oct 2021

Sobre el colonialismo y cómo afrontar sus consecuencias actuales.


    En un reciente artículo de Javier Carbonell en el diario El País, ¿Por qué es tan difícil hablar del colonialismo? (2 octubre 2021), critica el actual revisionismo de derechas sobre el pasado colonialista de España y propone "recuperar la tradición anticolonial europea que nos permita identificarnos con otra Europa y afrontar el terrible legado de nuestro pasado colonial".

Gran parte de la razón de que la India no sea hoy un país más avanzado no se encuentra en su cultura sino en que el Imperio británico desindustrializó la India para que fuese un territorio que exportaba materias primas como el algodón y compraba las prendas finales creadas en el Reino Unido a un precio más caro. La cantidad de población negra y pobre de EE UU, los países caribeños y Brasil no se entiende sin el tráfico de esclavos del Atlántico y el reducido número de comunidades indígenas en Latinoamérica se debe tanto a enfermedades como al declive de las condiciones de vida producida por el sistema de trabajos forzados que implantó el Imperio español. En uno de los casos más sonados, para que París aceptara la independencia de Haití, esta tuvo que pagar una enorme deuda durante más de un siglo correspondiente al precio que costaban los esclavos que Francia había perdido. No es que estos países se desarrollen con retraso, es que no se les dejó desarrollarse.

Lo realmente relevante del estudio de la Historia es historizar el presente, es decir, entender el presente como resultado de procesos históricos cuyas consecuencias seguimos sintiendo hoy en día. En este sentido, el juicio moral que de verdad debería importarnos no es si el Imperio azteca fue peor que el español, sino cómo lidiamos hoy con las desigualdades creadas por esos procesos.

Para poder plantearnos estas preguntas, es necesario establecer otro “nosotros” que no se identifique completamente con el pasado imperial. Para ello, primero, es preciso remarcar que, en muchos casos, las poblaciones de las metrópolis sufrieron el mismo poder imperial que las colonias en los campos culturales y económicos. Ello no quiere decir que España u otros países europeos no se beneficiasen enormemente de la posesión de colonias, sino que no benefició a todos por igual y no puede tratarse a poderosos y no poderosos como una entidad homogénea.

Segundo, la aceptación del proyecto imperial tampoco fue unívoca y universal. En distintos grados y formas, existen tradiciones antiimperiales en todos los países europeos. Estos personajes y movimientos son parte integral de la historia del país y representan la posibilidad de identificarse con una nación española no imperialista.

 https://elpais.com/opinion/2021-10-01/por-que-es-tan-dificil-hablar-sobre-colonialismo.html

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