Están pastando dos vacas en un prado. Y una le dice a la otra:
- ¿Qué te parece eso del mal de las vacas locas?
- ¿Y a mi que me importa? -dice la otra-. Soy un helicóptero.
Sobre el sentido de la vida.
Tres amigos discuten acerca de qué les gustaría que sus amigos y parientes dijeran de ellos ante su tumba.
El primer hombre dice: -Espero que la gente diga de mí que era un médico excelente y un buen padre de familia.
El segundo hombre dice: -Me gustaría que dijeran que, en calidad de maestro, cambié la vida de mis alumnos.
El tercer hombre dice: -A mí me gustaría que alguien dijera: ¡Mirad, se está moviendo!
Sobre las propiedades esenciales y accidentales de las cosas:
- ¿Qué es verde, cuelga de una pared y silba?
- Me rindo.
- Un arenque.
- Pero si un arenque no es verde...
- Ya, pero puedes pintarlo de verde.
-Pero si los arenques no cuelgan de las paredes...
- Si los atas a un clavo, sí.
- Pero si los arenques no silban...
- ¿Y qué? Pues que no silbe.
Sobre la imprecisión del lenguaje natural:
Un telefonista del 091 recibe una llamada de un cazador muerto de miedo.
- ¡Me he encontrado un cuerpo ensangrentado en el bosque! ¡Es un hombre y parece muerto! ¿Qué debo hacer?
El telefonista dice flemático: - Todo va a ir bien, señor. Siga mis instrucciones. Lo primero es que deje un momento el teléfono y se asegure de que está muerto.
Silencio al teléfono seguido por el sonido de un disparo.
La voz del hombre regresa: - Muy bien. Y ahora, ¿qué?
Lógica inductiva.
Holmes y Watson se van de acampada. En plena noche, Holmes se despierta y le da un codazo a Watson.-Watson -le dice-, mire el cielo y dígame qué ve.
-Veo millones de estrellas, Holmes -responde Watson.
-¿Y qué conclusiones saca, Watson?
Watson se detiene a pensar.
-Bueno -dice-. Astronómicamente veo que hay millones de galaxias y, potencialmente, miles de millones de planetas. Astrológicamente, observo que Saturno está en Leo. Por la hora, deduzco que son aproximadamente las tres y cuarto. Meteorológicamente, sospecho que mañana hará un día estupendo. Teológicamente, contemplo la grandeza de Dios y nuestra pequeñez y sinsentido. Esto... ¿y usted qué ve?
-Watson, estúpido, ¡que alguien nos ha robado la tienda!
Fuente: Thomas Cathacart y Daniel Klein, Platón y un ornitorrinco entran en un bar... La filosofía explicada con humor, Planeta, 2009.
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