15 oct 2015

La observación como base de la inferencia en Sherlock Holmes.

(...)Después de la Segunda Guerra Mundial, el físico Richard Feynman fue invitado a participar en la comisión curricular de California con el fin de elegir libros de texto de ciencias para los estudios de secundaria de ese Estado. Para su disgusto, los textos parecían dejar a los estudiantes más confundidos que otra cosa. Cada libro que examinaba era peor que el anterior. Finalmente, encontró uno con un inicio que prometía: bajo las fotografías de un juguete de cuerda, un automóvil y un niño en bicicleta aparecía la pregunta: «¿Qué hace que se muevan?». Pensó que por fin había hallado algo que explicaba la ciencia básica partiendo de los fundamentos de la mecánica (el juguete), la química (el automóvil) y la biología (el niño). Pero su entusiasmo duró muy poco. En lugar de una explicación, de algo que alentara una verdadera comprensión, se encontró con estas palabras: «La respuesta es la energía». Sin embargo, preguntas como qué es la energía, por qué hace que se muevan, cómo lo hace... ni siquiera se planteaban y menos aún se respondían. Como dijo el mismo Feynman, «energía no significa nada... ¡No es más que una palabra!». En lugar de aquello, señalaba: «Lo que [los niños] deberían hacer es mirar el juguete de cuerda, ver que dentro hay un resorte, aprender sobre los resortes y los muelles, aprender sobre las ruedas, y no preocuparse de la energía. Más adelante, cuándo ya conozcan mejor cómo funciona el juguete, podrán abordar los principios más generales de la energía». Feynman rara vez olvidaba sus conocimientos básicos, los componentes y elementos fundamentales que subyacen a cada pregunta y a cada principio.
Un caso interesante lo podemos encontrar en la literatura de detectives, especialmente en las novelas de Sherlock Holmes. Su capacidad detectivesta se basaba en tres principios: 1) amplitud de conocimientos (químicos, botánicos, forenses, anatómicos...) 2)  el poder de observación y 3) el poder de deducción.
La observación y el poder de deducción para Holmes se implican mutuamente. La primera tiene que ver con la captación de detalles que sugieren datos, actos o comportamientos, la segunda, tiene que ver con el razonamiento haciendo uso de las observaciones para descartar o eliminar posibilidades o factores.
En sus investigaciones, el detective Sherlock Holmes recomienda empezar por lo más básico, por problemas tan triviales que los podríamos pasar por alto. ¿Cómo plantear hipótesis y crear teorías verificables sin antes saber qué observar y cómo observarlo, sin antes entender la naturaleza fundamental, los elementos más básicos, del problema que nos ocupa? Como él mismo dice: «Antes de poner sobre el tapete los aspectos morales y psicológicos de más peso que esta materia suscita, descenderé a resolver algunos problemas elementales». El método científico parte de algo que parece de lo más trivial: observar. Antes de empezar a plantear las preguntas que definirán la investigación de un crimen, un experimento científico (...), nos debemos centrar en lo más básico. No en vano Holmes califica de «elementales» las bases de su investigación. Porque eso es lo que son los elementos que definen el funcionamiento de algo, que hacen que ese algo sea lo que es.
En la siguiente escena, Holmes, a pesar de tener vendados los ojos, afina sus otros sentidos de observación.
 
Cuestiones:
- ¿Qué aspecto o fase del método científico resalta en la investigaciones detectivestas de Holmes?  ¿Por qué considera que son "elementales" sus deducciones? ¿En qué se basa Holmes, en el vídeo, para inferir datos personales de su nuevo compañero Watson?
- ¿Qué opinaba el físico R. Feynman sobre los métodos para la enseñanza de la ciencia?

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