31 oct 2021

Michael J. Sandel: la tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común?

    El filósofo Michael J. Sandel (1953) es un filósofo político, profesor de Derecho en la Universidad de Harvard. En su último libro, "La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común?" (Debate, 2020), advierte de cómo los mercados sin restricciones y una cultura basada en el mérito han erosionado la dignidad del trabajo. La meritocracia genera una complacencia nociva entre los ganadores e impone una sentencia muy dura sobre los perdedores. Sandel defiende otra manera de pensar el éxito, más atenta al papel de la suerte, más acorde con una ética de la humildad y la solidaridad y más reivindicativa de la dignidad del trabajo. A continuación os dejo una presentación del propio autor: 

https://www.ted.com/talks/michael_sandel_the_tyranny_of_merit/transcript?language=es

Y otra presentación del libro de Sandel a cargo de Claudio Álvarez Terán:

 

Para saber más:

 - https://blogs.elconfidencial.com/cultura/tribuna/2020-09-15/la-tirania-del-merito-meritocracia-bien-comun_2746747/

28 oct 2021

Jorge Moruno. "No tengo tiempo. Geografías de la precariedad"

 "En algún momento, allá por los albores del mundo moderno, el tiempo se volvió contra la vida. Hasta ese momento la había acompañado, inevitable, grabando en su registro las experiencias de la gente y, en los cuerpos, las metamorfosis de la carne. El tiempo se manifestaba en las arrugas de los rostros, las cosechas o las ruinas, no en las agujas de relojes. Fue ahí que empezamos a luchar contra el tiempo y su maquinaria de cronómetros, horarios y ritmos; a la manera de Chaplin, girando entre unos engranajes fabriles que, para nuestra desorientación, se han invisibilizado".

Raimundo Viejo, Prólogo a "No tengo tiempo". 

       
    Jorge Moruno ("No tengo tiempo. Geografías de la precariedad", Akal, 2019) ha señalado  que la filosofía "slow" (el "vivir sin prisas" frente a un tiempo absoluto que parece emanciparse de los acontecimientos, de la vida) es algo que podríamos compartir si no fuera porque se presenta despolitizando la situación y reduciéndolo todo a una decisión "individual", a una elección de un modo de vida dentro de un amplio abanico de posibilidades: "Si no puedes cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo"; sin embargo -advierte Moruno- comprobamos cómo, en realidad, los mayores cambios producidos en "uno mismo" se dan al plantearse "cambiar el mundo". La extensión de "la cultura doer ("emprendedores", personas que hacen que ocurran cosas) es una forma de dominio político basado en el autogobierno, gracias a la cual se hace pasar el riesgo y la inseguridad por una experiencia exótica"... Así, "la demolición del derecho laboral del siglo XX se observa en el lenguaje de la economía on demand. No trabajas para, sino que colaboras con; no te despiden, te desconectan; no te controlan, te valoran". Debemos  estar siempre ocupados, haciendo cosas, creando contactos, ganando dinero, persiguiendo "nuestros sueños", nuevos retos. "La vida se convierte en un yacimiento de oportunidades de negocio".

    La disponibilidad total del trabajador/a le hace perder el control sobre su propio tiempo. Aparece "una nueva capa proletaria invisible que dispone de menos tiempo todavía, pues se lo dedica a la falta de tiempo de otros que pagan (para limpiar la casa, hacer la comida, cuidar a las personas dependientes...)". El estrés, la sobrecarga de trabajo, no se cuestiona. La publicidad nos invita a tomar vitaminas que nos mantengan activos y despiertos, a practicar mindfulness para mejorar la atención. Lo opuesto a ese funcionario gaditano que "durante catorce años entre traslado y traslado se quedó sin tareas, por lo que en lugar de acudir al trabajo dedicó su tiempo a estudiar la obra del filósofo Baruch Spinoza".

    "El problema -advierte Moruno- no es fomentar la vagancia, el problema reside en la cantidad de talento y proyectos que nos perdemos a causa de la precariedad y la falta de seguridad. El problema no es que un ingreso garantizado desincentive la búsqueda de empleo, el problema es estar obligado a buscar un trabajo que no existe." La prioridad del trabajo en el sistema capitalista es maximizar beneficios, no satisfacer necesidades.

    Respecto a la actual industria del coaching, la industria de la motivación y la gestión empresarial de uno mismo, todo se construye sobre la base de la competitividad y la finalidad del éxito. La precariedad, la competencia y la incertidumbre se presentan como "una oportunidad para mejorar tu desarrollo personal y capturar las oportunidades que te ofrece el mercado". La pobreza y la precariedad parecen superarse siendo "positivos" (adoptar "soluciones subjetivas puramente individuales a problemas estructurales"). "Todo depende de ti", "todo está en tus manos". "No hay conflicto (asociado a la "negatividad"), el único problema está en tu capacidad para superar los obstáculos que te impiden conseguir los objetivos que deseas, que te has propuesto... Se busca eliminar la dimensión política del conflicto y el desacuerdo. El único conflicto que hay es el que tienes contigo mismo". 

    Se da por hecho que "lo que produce el malestar no puede cuestionarse ni cambiarse, es mejor cuestionarte por qué eso te produce malestar y tratar de modificar tu actitud". "Adaptarse a la realidad" es adaptarse al mercado, que es adaptarse a los intereses de los inversores. Se desarrolla una obsesión por gustar, por "valer", por ser empleable. La crisis pasa a ser una realidad cotidiana, una oportunidad, ocultando la pérdida de identidad, seguridad y vínculos asociados a la esfera laboral. Como señala Moruno, "no hay libertad política sin emancipación económica, o dicho de otra forma, no hay libertad sin autonomía y decisión sobre el tiempo propio". Como ya reclamaban los trabajadores y trabajadoras que reivindicaban la jornada de ocho horas, estamos "hartos de no tener jamás una hora para pensar".

25 oct 2021

Orígenes e historia de la diversidad sexual. Francisco Vázquez García. Canal Sur (23/10/21)

 


El programa "Orígenes e historia de la diversidad sexual" de Canal Sur analiza los orígenes y la historia de la diversidad sexual. El entrevistado es Francisco Vázquez, catedrático de Filosofía de la Universidad de Cádiz. El Mayo del 68 francés y las luchas por los derechos civiles en Estados Unidos fueron el escenario inicial de un movimiento que se expandió y coincidió en el tiempo con el auge creciente del feminismo.

 https://www.canalsur.es/multimedia.html?id=1763318&jwsource=cl

19 oct 2021

Por un lenguaje y un estilo que no enmascaren la dominación


 "Por un lenguaje y un estilo que no enmascaren la dominación". Este es el título de un artículo del sociólogo y matemático Emmanuel Lizcano, publicado en el ya desaparecido diario Liberación en octubre de 1984. En este artículo, Lizcano señala algunas formas utilizadas en el lenguaje para enmascarar la dominación:

- La parte acaba hablando por el todo, las presencias particulares se borran ante sus representaciones institucionales o culturales, lo singular se enajena en lo universal: "Trabajo estudia la supresión...". "Rabat esta dispuesto a reanudar las negociaciones..."

- Sustantivado de la acción ("visionar", "explosionar"): predominio de los sustantivos sobre lo transitivo (la acción, el verbo), del objeto (abstracto) sobre el adjetivo (concreto). Fijación de realidades abiertas y mudables.

- Hipostasiar las realidades y situaciones concretas en conceptos generales abstractos. Sustituir sujetos concretos por sujetos-abstracciones: "El IPC ha experimentado una subida...", "La industria española ha perdido...".

- Los giros impersonales (se elimina el sujeto, el que habla o de quien se habla): "Se observa un aumento...". "Se procede a...".

- Selección de los objetos en las oraciones pasivas: "Policía asesinado...". "Persona muerta a causa de los disparos de un policía...".

- Nombrar de diferente modo unas mismas acciones según sea el sujeto que las cumpla: ¿"detenido" o "secuestrado"?

- "Capitalismo lingüístico" (conversión de todo en mercancía): "La vida ha subido en lo que va de año...".


Otro interesante artículo es el publicado en el diario La Vanguardia por Luis Muiño (2/1/2015), con el título "La manipulación del lenguaje". Os dejo un amplio extracto:

En su libro "LTI: La lengua del Tercer Reich", el filólogo e historiador Víctor Klemperer analizó la importancia que tuvieron las palabras a la hora de imponer el nazismo en la sociedad alemana. En su texto da numerosos ejemplos que muestran como la elección de determinadas palabras o frases y su continua repetición se convirtió en una de las principales técnicas de manipulación en la época. La LTI (Lingua Tercii Imperii) envenenó las mentes convirtiendo gradualmente ideas que el imaginario colectivo consideraba repulsivas en conceptos aceptables.

Un ejemplo es la connotación positiva que fue ganando la palabra fanatismo. Antes de la llegada de Hitler al poder, el vocablo se usaba peyorativamente. Sin embargo, los nazis consiguieron que el fanatismo acabara resultando positivo usándolo en expresiones que sugieren audacia y compromiso. Se hablaba de “valentía fanática”, de “juramento fanático”, de “amor fanático por el pueblo”…En los últimos momentos, cuando ya la palabra había perdido fuerza, Goebbels (el ministro de Propaganda, diseñador de las técnicas de manipulación nacionalsocialistas) empezó a hablar de “fanatismo feroz” para añadirle potencia al concepto.

(...)En nuestro tiempo, los de arriba llaman “indemnización en diferido” a una nómina que se sigue pagando a un tesorero despedido que amenaza con contar secretos; “tiquet moderador sanitario” a pagar por ir al médico de la sanidad pública; “cese temporal de la convivencia” a un divorcio en la familia real; “desaceleración” a una crisis económica brutal; “medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas” a las amnistías fiscales para los ricos; “Ministerio de Defensa” al que se encarga de mandar al ejército a otros países y “devaluación competitiva de los salarios” a las bajadas de sueldo. La elección de las palabras sigue siendo decisiva: los que nombran la realidad controlan cómo entendemos el mundo.

Algunos rasgos del lenguaje manipulador son los siguientes:

1 Esconder los hechos. Se trata de una jerigonza en la que la realidad desaparece. A veces, el efecto se logra usando tecnicismos que hacen desaparecer el acto en sí: los ejércitos y los grupos terroristas, por ejemplo, suelen llamar “bajas colaterales” a los asesinatos de inocentes que cometen. En otras ocasiones se acude a variaciones que llevan las palabras polémicas a lugares donde apenas se perciben. Un ejemplo clásico es la importancia de poner delante lo vendible y detrás lo que queremos ocultar. Lo sabemos desde niños: tenemos más posibilidades de éxito si le preguntamos a nuestros padres “¿Puedo estudiar mientras como chuches?” que si la pregunta es “¿Puedo comer chuches mientras estudio?”. Y sigue funcionando: en el referéndum de 1986 para la permanencia de España en la OTAN el gobierno jugó con la estrategia de “Lo bueno delante” y planteó en principio la siguiente pregunta en el referéndum: “¿Considera de acuerdo con los intereses generales de España la permanencia en la Alianza Atlántica, según la posición del Gobierno arriba indicada?.

2 Convierte todos los temas en viscerales. Aldous Huxley decía que las palabras pueden ser como Rayos X, ya que si se usan apropiadamente lo atraviesan todo. Para lograr este efecto, es necesario que tengan connotaciones emocionales. En uno de los libros clásicos sobre lavado de cerebro (Brainwashing. The science of thought control) la científica Kathleen Taylor nos recuerda que “cuando algo provoca una reacción emocional, el cerebro se moviliza para lidiar con ella, dedicando muy pocos recursos a la reflexión”.

 El lenguaje manipulador está preñado de emociones. Un ejemplo es el abuso de palabras como libertad, independencia, creatividad: los anuncios de ropa juvenil, los medios de comunicación y los libros de autoayuda están poblados de frases que utilizan estos vocablos en cualquier contexto porque son muy efectivos a la hora de activar nuestras emociones y acercarnos a quienes las pronuncian. Aunque parezca paradójico que los que quieren convencernos de algo apelen a nuestra creatividad, libertad o independencia, si estamos sintiendo (y no pensando) nos pueden convencer de ello.


3 Dispone de un metalenguaje propio. Escuchar nuestras palabras nos hace ponernos en marcha… aunque no sepamos para qué. Y eso es lo que busca el manipulador: los adeptos son aquellos que redoblan los esfuerzos aunque hayan olvidado el objetivo. Por eso todos los grupos utilizan un léxico propio que los distingue, una jerga que sólo usan los miembros del grupo y prueba su fidelidad a él.

Además, esas palabras tienen que ayudar a dividir el mundo en exogrupo (los otros, los malos, los de fuera) y endogrupo (nosotros, los buenos, los de dentro). Por ejemplo: todos los subgrupos juveniles tienen palabras que definen a los que no son como ellos. Aprenden a llamar a los demás “pijos, guarros, frikis, perroflautas” o “empollones” ayuda a crear camaradería y sentimiento de pertenencia. No importa que el manipulado no sepa explicar por qué esos nombres van asociados con ciertos conceptos negativos: lo importante es su uso como activador de la conducta del grupo. A partir de esas etiquetas, se rompe la posibilidad de empatía y se consigue convencer a la persona de que los malos son siempre los demás.


4 Carece de contenido. Sólo hay una manera de no ser criticado: hablar sin decir nada. Por eso, el lenguaje manipulador recurre frecuentemente a frases humo, expresiones vacuas que parecen afirmar algo pero en la que ninguno de los receptores entiende lo mismo. Asociaciones de palabras bonitas del tipo “siempre he intentado que mi forma de actuar no sea simplemente vivir día a día. Mis actos se han guiado siempre por valores éticos que son importantes para el ser humano” son ejemplos de frases así, que pueden ser suscritas tranquilamente por asesinos en serie, políticos corruptos o maltratadores. Su ambigüedad permite que el que la escucha crea estar de acuerdo aunque en realidad no comparta nada con el que emite el mensaje.

En esta categoría entran también las expresiones no refutables, que tienen la ventaja de ser irrebatibles. Por ejemplo: “El mundo se encuentra dominado por poderes ocultos” es una frase utilizada, en diferentes versiones, por todos aquellos que buscan manipular. Pase lo que pase es imposible rebatir esa idea conspirativa. Y eso les permite a aquellos que intentan imponer miedo pedirnos que dejemos de hacer cosas aunque no sepamos cuál es la amenaza real. 

 5 No argumenta. La mejor forma de manipular a los demás es utilizar estrategias retóricas que permitan convencer sin dar razones para ello. Hay miles de trucos oratorios o escritos destinados a ese fin. Un ejemplo es la ironía. Repetir lo que ha dicho otra persona mientras se esboza una sonrisa sarcástica permite quitarle puntos a ese individuo sin necesidad de argumentar. Por escrito, tiene el mismo efecto el uso de las comillas: “El presidente del “gobierno” afirma que… “cuestiona la capacidad de dirigir del susodicho”, al igual que la afirmación “El escritor que acaba de sacar una novela…” echa por tierra las habilidades literarias del citado. Y todo eso sin exponer una sola razón para establecer un juicio crítico. El lenguaje manipulador evita el razonamiento.

Por eso, en última instancia, cuenta siempre técnicas antiargumento por si falla todo lo anterior. Un ejemplo es el uso de la palabra demagógico: en el discurso maquiavélico se llama así a todo argumento con el que el manipulador no está de acuerdo. Usando únicamente esa palabra (“eso es demagógico”) se intenta desmontar lo que dice el contrario sin entrar ni siquiera a discutirlo. Es la última vuelta de tuerca: el lenguaje que sirve para que los otros no puedan utilizar el lenguaje.


17 oct 2021

"Hacerse vegetariano... o cómo producir menos sufrimiento y más alimento a un menor coste para el entorno". Peter Singer

    "Hacerse vegetariano...". Este es el título del capítulo cuarto del conocido libro "Liberación animal", del filósofo australiano Peter Singer. Allí, Singer defiende que el primer paso para evitar la crueldad humana con los demás animales es dejar de comerlos. La ganadería intensiva no es más que "la aplicación de la tecnología a la idea de que los animales son un medio para nuestros fines", siendo criados en condiciones que les causan sufrimiento. Incluso si no se utilizan métodos intensivos, sostiene Singer, en la práctica es imposible criar animales para que nos sirvan de alimento sin hacerles sufrir: la cría tradicional también comprende la castración, la separación de las madres y sus crías, el marcado, el transporte al matadero y, por supuesto, la propia muerte de los animales. 

    Además, la cría de animales es ya "una forma costosa e ineficaz de producir proteínas" para el consumo humano: se necesita dar a un ternero 9 kilogramos de proteínas para que produzca tan sólo medio kilo de proteína animal destinada a los humanos; los alimentos vegetales producen aproximadamente diez veces más de proteínas por acre que la carne. Otro dato: "Si los americanos redujeran solamente un 10% su consumo de carne durante un año quedarían disponibles para el consumo humano por lo menos 12 millones de toneladas de grano, o dicho de otra forma, una cantidad suficiente para alimentar a 60 millones de personas". Por otro lado, la cría de ganado contribuye a la deforestación y a la contaminación de las aguas. La industria pesquera, por otra parte, está esquilmando gran parte de los fondos marinos y su biodiversidad.

    Hacerse vegetariano, por tanto, según Singer "es el paso más eficaz y práctico que se puede dar para poner fin tanto a la muerte de los animales no humanos como a todo aquello que les causa sufrimiento". Los veganos excluyen también la leche y los huevos. Han existido históricamente muchas culturas vegetarianas cuyos miembros han gozado de buena salud. Algunos vegetarianos famosos, como Leonardo da Vinci, León Tolstoy o Gandhi vivieron largas y creativas vidas. Singer recomienda, no obstante, prudencia ("cambiar la dieta a un ritmo moderado con el que uno pueda sentirse a gusto"). Hay una sustancia, sólo una, que normalmente no suele estar en los vegetales, y es la vitamina B12, que no es directamente asimilable por el ser humano en las plantas alimenticias (por ello suelen obtenerse como complementos alimenticios o a través de algas marinas como el kelp, del tempero y de la soja fermentada).

Para el debate: algunos argumentos críticos con el vegetarianismo en https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-05-19/vegetariano-vegano-andrew-smith-claudio-bertonatti_1202673/ 

Quizás el argumento más sostenible contra el vegetarianismo sea la destrucción ambiental que también producen los cultivos agrícolas intensivos (con su utilización de pesticidas y abonos industriales). Pero reconociendo la necesidad de evitar este tipo de agricultura, y su huella ecológica (así como las contradicciones de defender esta posición moral en una sociedad de consumo y urbana), sí creo que hay cierta superioridad moral en el vegetarianismo en su conciencia contra el sufrimiento animal.

Hanna Arendt y la filosofía

 "Pensar tiene inevitablemente un efecto destructivo: socava todos los criterios establecidos, todos los valores y pautas del bien y del mal, en suma, todos los hábitos y reglas de conducta que son objeto de la moral y de la ética. Esos pensamientos congelados, parece decirnos Sócrates, están tan a mano que los podéis usar incluso mientras dormís; pero si el viento del pensamiento, que ahora soplaré en vosotros os saca del sueño y os deja totalmente despiertos y vivos, entonces os daréis cuenta de que nada os queda en las manos sino perplejidades, y que lo máximo que podéis hacer es compartirlas unos con otros".

    Hannah Arendt, "El pensar y las reflexiones morales".


13 oct 2021

Jesús Mosterín. La consideración moral de los demás animales.

 Jesús Mosterín, en su libro ¡Vivan los animales! (Debolsillo, 2003), señalaba que "la consideración moral de los animales no humanos ha sido sobre todo negada en la tradición judeo-cristiana-islámica (desde una visión antropocéntrica en la que los animales quedan degradados al papel de meros instrumentos), así como en sus epígonos presuntamente secularizados de la tradición kantiana y contractualista (que toma el contrato social idealizado entre humanes como única base de la moral)".    

    En el cristianismo, uno de sus principales teólogos, Tomás de Aquino (siglo XIII), afirmaba:

"(...)Dios ha dispuesto que las criaturas racionales estén ordenadas al servicio de las racionales... Con estas razones se refuta el error de quienes afirman que el humán peca si mata a los animales brutos. Pues, dentro del orden natural, la providencia divina los ha puesto al servicio del humán. Luego el humán se sirve justamente de los mismos, matándolos o empleándolos de cualquier otro modo". (Summa contra gentiles, libro III).

    El pensamiento moral occidental sobre los demás animales ha sido, según Mosterín, "mucho más superficial e inconsistente que el oriental". Hace más de veinticinco siglos que se formularon en la India dos corrientes de pensamiento en las que la virtud de la no-violencia o a-himsa juega un papel central: el jainismo y el budismo. Mahavira, fundador del jainismo, definía el mal como el dolor infligido a la criatura viviente. Por eso la regla básica de su moral es el evitar cuanto haga sufrir a las criaturas. También el a-himsa era el primer precepto que Buda legó a sus discípulos.

Incluso en las sociedades de cazadores-recolectores "con frecuencia han sentido mala conciencia y remordimientos por la muerte que infligían a los animales salvajes que cazaban, a los que trataban de aplacar rindiéndoles culto e identificándose con ellos". 

Una excepción en el pensamiento occidental fue el filósofo Jeremy Bentham quien en su libro "Los principios de la moral y la legislación" (1789) sostenía:

"¿Hay alguna razón para que se permita que atormentemos a los animales? Yo no veo ninguna...Quizá llegue el día en que se reconozca que el número de patas, la pilosidad de la piel o la terminación del hueso sacro son razones igualmente insuficientes para abandonar a un ser sensitivo al mismo destino".

    Pero fue quizás el filósofo Peter Singer, sobre todo a partir de la publicación de su libro Liberación animal (1971) quien impulsó la discusión actual sobre la consideración moral de los demás animales. Según Mosterín, lo que es objetable en el especismo "no es que dé más importancia a la propia especie que a las otras, sino que no dé ninguna importancia a las demás".

Contra el sufrimiento animal. Contra el especismo. Peter Singer.

 El especismo es la discriminación en base a la especie, que justifica la explotación de nuestros "parientes" animales debido a su pertenencia a una especie distinta. Para ello se han utilizado y se utilizan argumentos de muy distinto tipo, relativos a su carencia de racionalidad, de autonomía, de alma inmortal...

    El filósofo australiano Peter Singer, en su libro "Liberación animal" (Trotta, 1999), dedicaba un capítulo a trazar "una breve historia del especismo". Allí parte del Génesis del Antiguo Testamento, que sitúa a la especie humana en el centro de la creación, y le concede permiso divino para matar y comerse a otros animales. Luego señala las tendencias en conflicto de la antigua Grecia: desde la postura pitagórica, vegetariana y que instaba a tratar a los animales con respeto (probablemente por su creencia en la transmigración de las almas), hasta la posición de Aristóteles, que aunque consideraba al ser humano como un "animal racional", no consideraba suficiente compartir esa naturaleza animal para justificar una consideración moral a los demás animales:

"Las plantas existen para los animales y las bestias brutas para el hombre -los animales domésticos para su utilización y alimento; los salvajes (al menos la mayor parte), para alimento y otras necesidades de la vida, tales como el vestido y diversas herramientas.

    Por tanto, si la naturaleza no hace nada sin motivo ni en vano, es innegablemente cierto que ha creado todos los animales para beneficio del hombre". (Aristóteles, Política)

    También justificaba Aristóteles la esclavitud indicando que, al ser presuntamente inferior al hombre libre, el esclavo se convierte también en un "instrumento viviente", aun cuando le reconozca capacidad de sentir dolor y placer.

    Durante el Imperio Romano, también se establecía un límite a los sentimientos morales que se habían desarrollado en el ámbito del derecho y el deber público. Así, en los Juegos se excluía a algunos seres humanos (como los prisioneros o los gladiadores) y a todos los animales. No obstante, algunos pensadores romanos, como Plutarco o Séneca, defendieron el trato bondadoso a los otros animales, "basándose en la benevolencia universal, independientemente de toda creencia en la transmigración de las almas". 

    El Cristianismo, por su parte, aunque afirma la santidad de toda vida humana, confirmaría y degradaría aún más la posición de los no-humanos (el Nuevo Testamento carece completamente de preceptos contra la crueldad de los animales). De esta forma, mientras se oponía a la lucha de gladiadores, mantuvo los combates con animales salvajes, situándolos lejos del ámbito de la compasión. Desde los primeros padres de la Iglesia, hasta la escolástica medieval, la moral cristiana mostraba una preocupación exclusivamente especista. Así, Tomás de Aquino argumentaba que la caridad no se extiende a las criaturas racionales por tres razones: no son "capaces, propiamente hablando, de poseer el bien, pues éste es propio de las criaturas racionales"; carecemos de un sentimiento de hermandad con respecto a ellas; y, finalmente, porque "la caridad se basa en la comunión de la felicidad eterna que las criaturas irracionales no pueden alcanzar" (Summa Theologica, II, II). Según Tomás de Aquino, la única razón para no ser crueles con los animales (aunque reconoce su sensibilidad al dolor) es que serlo puede conducir a la crueldad con otros seres humanos. El caso de Francisco de Asís es significativo a este respecto, pues su amor por los otros animales coexistía con una postura especista que afirmaba que Dios había creado a las demás criaturas al servicio del ser humano.

    Por su parte, el humanismo del Renacimiento contrastaría su insistencia en el valor y dignidad del ser humano con la limitada naturaleza de los "animales inferiores" (carentes de esa dignidad y libre albedrío). No obstante, también hubo disidentes como Leonardo da Vinci o Giordano Bruno, que estuvieron preocupados por el sufrimiento de los otros animales o cuestionaron la centralidad del ser humano en el universo.

    Según Singer, es en la Modernidad donde, en autores como René Descartes, se añadirá la ausencia de conciencia a la doctrina cristiana de la ausencia de alma inmortal en los animales "inferiores". Los otros animales se convierten así en simples máquinas, en autómatas incapaces de experimentar placer ni dolor. Descartes veía en ello, además, ciertas ventajas prácticas, como justificar la experimentación con animales vivos (que se extendía en esa época por Europa y que el propio Descartes utilizó), o absolver a los humanos "de la sospecha de crimen cuando comen o matan animales" (Carta a Henry More, 1649). 

    Los experimentos con animales revelaron una gran similitud entre la fisiología humana y la de otros animales. El ilustrado Voltaire lo expresaba así en su Diccionario Filosófico ("Bestias"):

"Hay salvajes que se apoderan de este perro, que tan sobradamente supera al hombre en fidelidad y amistad, lo clavan en una mesa y lo despedazan vivo para mostrar sus venas mesentéricas. Se descubren en él los mismos órganos sensoriales que en uno mismo. Contéstame, mecanicista, ¿es que la Naturaleza ha dispuesto todos los resortes sensoriales en este animal con el fin de que no sienta".

    Así, durante la Ilustración europea, se consideró que los otros animales eran merecedores de cierta consideración moral, aunque ésta se supeditara a los intereses humanos.  Pensadores como el escocés David Hume decía que estamos "obligados por las leyes de la humanidad a dar un tratamiento benigno a estas criaturas" (Investigación sobre los principios de la moral, cap. 3). El siglo XVIII fue también un período en el que el ser humano pareció redescubrir la Naturaleza, idealizada en ocasiones como en la figura del "buen salvaje" del francés J. J. Rousseau. No obstante, este parentesco con "las bestias" no era en ningún sentido igualitario. Incluso pensadores como Immanuel Kant afirmaban en sus Lecciones de ética que "en lo que respecta a los animales, no tenemos deberes directos para con ellos. No son conscientes de sí mismos, y están ahí meramente como un medio para un fin. Ese fin es el hombre".

    En ese mismo año (1780), el jurista y filósofo Jeremy Bentham respondía a Kant: "La pregunta no es ¿pueden razonar? ni tampoco ¿pueden hablar?, sino ¿pueden sufrir?". Este debate ilustrado permitió que durante el siglo XIX se alcanzaran algunas mejoras prácticas en las condiciones de los demás animales, bajo forma de leyes que prohibían la crueldad innecesaria con los mismos. En Gran Bretaña se libraron las primeras batallas para conseguir protección legal para los demás animales, pero hubo que utilizar el argumento de la propiedad privada, la defensa de los animales como propiedades de las personas, para que pudieran ser aceptadas.

    Cuando Charles Darwin publica El origen del hombre (1871) se cuestionan científicamente las supuestas grandes diferencias entre las capacidades de los humanos y los demás animales. En el capítulo tercero, dedicado a la comparación entre dichas capacidades, Darwin afirma:

"Hemos visto que los sentidos y las intuiciones, las diversas emociones y facultades, tales como el amor, la memoria, la atención y la curiosidad, la imitación, la razón, etc., de las que presume el hombre, puede encontrarse en una condición incipiente, e incluso a veces bien desarrolladas".

    En el cuarto capítulo, Darwin afirma que el sentido moral del ser humano puede remontarse a los instintos sociales de los animales que les llevan a encontrar placer en la compañía mutua, a sentir afinidad mutua y a realizar servicios de mutua asistencia. En una obra posterior, Expresión de las emociones en los animales y en el hombre (1872), Darwin proporcionó más pruebas de los paralelismos entre la vida emocional del ser humano y la de los otros animales. 

    Pero las actitudes morales del pasado estaban, y están, todavía demasiado arraigadas como para tambalearse por estos descubrimientos. Como señala Peter Singer, "es probable que inflijamos más dolor a los animales hoy en día que en cualquier otra época de la historia" (dado, por ejemplo, el aumento de la ganadería intensiva). Además, añade que "aunque los animales ya no quedan completamente excluidos del ámbito moral, todavía están en una sección especial, próxima a su límite externo. Sólo se permite tener en cuenta sus intereses cuando no entran en conflicto con los intereses humanos".


Para saber más:

-En el capítulo 6 de "Liberación animal", Singer responde a las "defensas, racionalizaciones y objeciones a la liberación animal".

-https://respuestasveganas.org/ En este blog se intenta responder a los distintos argumentos morales defendidos por el especismo.

12 oct 2021

Guía para un proyecto de investigación.

El trabajo de investigación consiste en un conjunto de actividades encaminadas a estudiar unos hechos, unas teorías o unos objetos, bien delimitados, con aspectos poco explorados o poco conocidos, con el objetivo de esclarecerlos y de obtener algún conocimiento nuevo. Mediante tales actividades se observa, se experimenta y se recoge información; se organizan las observaciones y los datos, se buscan las posibles relaciones existentes y se estudian sus causas, sirviéndose también de las propias lecturas y experiencias; por último, los resultados obtenidos deben ser presentados mediante una memoria escrita y, si procede, una defensa oral.

El trabajo de investigación se puede realizar individualmente o en pequeños grupos y siempre bajo la orientación, asesoramiento y supervisión del profesor, que tutorizará la presentación del trabajo. El tutor/a indica, recomienda y facilita caminos, que el/la estudiante puede elegir o no.

Objetivos:

-Realizar una investigación sobre un tema de interés personal, que sea asequible que se pueda abordar de forma constante y en profundidad.

-Aplicar la metodología de investigación de forma adecuada a los objetivos fijados y seleccionar y tratar las fuentes de información y documentación de forma adecuada.

-Trabajar de manera autónoma, mostrar iniciativa y creatividad, espíritu crítico y conciencia de la dimensión ética de los procesos de investigación.

-Usar las tecnologías de la investigación y la comunicación aplicándolas al proceso de investigación, al tratamiento de la información, al análisis de los datos y a la presentación final de los resultados.

-Comunicar oralmente y por escrito las ideas principales, con coherencia, cohesión y corrección lingüística y estilística, de acuerdo con unos criterios formales de presentación de los trabajos.


7 oct 2021

Emma Goldman: activista anarquista.

     «Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa».

    Emma Goldman (1869-1940) había nacido en la Rusia zarista, pero huyó a los 16 años hacia Estados Unidos de América, donde fue atraída al anarquismo debido al caso Haymarket. Debido a sus ideas revolucionarias, las cuales iban desde la libertad sexual, difusión y distribución del uso de preservativos, divulgación del pensamiento tanto feminista como anarquista, tuvo problemas con el gobierno estadounidense, lo cual la llevó a estar encarcelada en distintas ocasiones. Fue obligada a exiliarse a la URRS en 1919, donde residió dos años, después de los cuales escapó y vivió durante unos años en Francia, Reino Unido, y finalmente Canadá, donde escribió su autobiografía y diversas obras. Mientras vivía en este último país viajó para apoyar a los anarcosindicalistas españoles durante la Guerra Civil Española.

Sobre el colonialismo y cómo afrontar sus consecuencias actuales.


    En un reciente artículo de Javier Carbonell en el diario El País, ¿Por qué es tan difícil hablar del colonialismo? (2 octubre 2021), critica el actual revisionismo de derechas sobre el pasado colonialista de España y propone "recuperar la tradición anticolonial europea que nos permita identificarnos con otra Europa y afrontar el terrible legado de nuestro pasado colonial".

Gran parte de la razón de que la India no sea hoy un país más avanzado no se encuentra en su cultura sino en que el Imperio británico desindustrializó la India para que fuese un territorio que exportaba materias primas como el algodón y compraba las prendas finales creadas en el Reino Unido a un precio más caro. La cantidad de población negra y pobre de EE UU, los países caribeños y Brasil no se entiende sin el tráfico de esclavos del Atlántico y el reducido número de comunidades indígenas en Latinoamérica se debe tanto a enfermedades como al declive de las condiciones de vida producida por el sistema de trabajos forzados que implantó el Imperio español. En uno de los casos más sonados, para que París aceptara la independencia de Haití, esta tuvo que pagar una enorme deuda durante más de un siglo correspondiente al precio que costaban los esclavos que Francia había perdido. No es que estos países se desarrollen con retraso, es que no se les dejó desarrollarse.

Lo realmente relevante del estudio de la Historia es historizar el presente, es decir, entender el presente como resultado de procesos históricos cuyas consecuencias seguimos sintiendo hoy en día. En este sentido, el juicio moral que de verdad debería importarnos no es si el Imperio azteca fue peor que el español, sino cómo lidiamos hoy con las desigualdades creadas por esos procesos.

Para poder plantearnos estas preguntas, es necesario establecer otro “nosotros” que no se identifique completamente con el pasado imperial. Para ello, primero, es preciso remarcar que, en muchos casos, las poblaciones de las metrópolis sufrieron el mismo poder imperial que las colonias en los campos culturales y económicos. Ello no quiere decir que España u otros países europeos no se beneficiasen enormemente de la posesión de colonias, sino que no benefició a todos por igual y no puede tratarse a poderosos y no poderosos como una entidad homogénea.

Segundo, la aceptación del proyecto imperial tampoco fue unívoca y universal. En distintos grados y formas, existen tradiciones antiimperiales en todos los países europeos. Estos personajes y movimientos son parte integral de la historia del país y representan la posibilidad de identificarse con una nación española no imperialista.

 https://elpais.com/opinion/2021-10-01/por-que-es-tan-dificil-hablar-sobre-colonialismo.html

3 oct 2021

Sobre la actual banalización del mal y la necesidad de mantener vivo el espíritu de resistencia. Robert Castel.

     El sociólogo francés Robert Castel recordaba en un artículo ("A la memoria de Buchenwald", Esprit, 2007) a un profesor suyo que había sido liberado del campo de concentración de Buchenwald (al que había sido deportado por formar parte de la resistencia comunista). Castel señala que estamos siempre en deuda con estos hombres y mujeres que padecieron combatiendo contra la barbarie, y que es necesario denunciar la actual "banalización del mal" y mantener vivo el espíritu de resistencia ("lo que no es óbice para que hoy sea preciso redefinir, es decir, actualizar, todo aquello frente a lo cual es preciso resistir").

"La lección de Buchenwald, traducida a la actualidad, podría ser la de mantenernos vigilantes frente a las formas actuales de discriminación, antes de que sea demasiado tarde para erradicar de raíz las derivas a las que estas discriminaciones pueden conducir, pues aún no conocemos todas las configuraciones que son susceptibles de adoptar. Buchenwald, conviene recordarlo, nos permite experimentar hasta la nausea las implicaciones finales de una lógica de discriminación llevada hasta el extremo. No es preciso temer que esta lógica se reproduzca de forma idéntica, ni que vaya hasta el final, para comprender que una gestión diferencial de este tipo de poblaciones estigmatizadas implica graves amenazas".

    Castel advierte que existen en la actualidad nuevas formas de estigmatizar la alteridad (al otro): "los parados "voluntarios", los asistidos que viven de las cotizaciones de los que madrugan, la gentuza de los barrios pobres, los inmigrantes, los sin papeles, etc., en fin, el nuevo ejército de los malos pobres (...)". Unos nuevos sujetos que son "objeto de oprobio, conformados en el momento actual a través de la resacralización del trabajo y de la patria".


La filosofía: "jugar en serio"

 Platón considera la actividad filosófica como "jugar en serio": tomar en serio cuestiones que generalmente ignoramos (o que consi...