3 dic 2017

Los problemas del pensamiento pseudocientífico

En el libro ¿Por qué creemos en cosas raras?, el divulgador científico y escéptico Michael Sherer señala como evitar algunas de las características del pensamiento pseudocientífico:

- Las anécdotas no constituyen una ciencia. En ciencia son necesarios experimentos controlados, no anécdotas (historias que apoyan una afirmación pseudocientífica).
- El lenguaje científico no constituye una ciencia. Vestir un sistema de creencias con el lenguaje o la jerga científica, como en el creacionismo, no significa nada sin testimonios, pruebas experimentales y corroboración.
- Hacer afirmaciones tajantes sobre la veracidad de una teoría no sirve como prueba. Cuanto más tajante sea la afirmación, más sólidas han de ser las pruebas que la respalden.
- El carácter herético, anticonvencional o marginal de una afirmación no es sinónimo de verdad. Aunque muchas teorías científicas sufrieron rechazo en un primer momento, esto no significa que toda teoría excéntrica al núcleo científico de la época sea verdadera. El escepticismo científico no está reñido con la apertura a ideas nuevas.
- El peso o la carga de la prueba lo tiene quien hace un descubrimiento, no son los demás quienes deben demostrar su falsedad.
- Que algo no tenga explicación no es lo mismo que sea inexplicable. El problema es que a la mayoría nos resulta más confortable la certidumbre, por mucho que sea prematura, que vivir en medio de cuestiones sin resolver.
- Las coincidencias con frecuencia son solo eso, coincidencias. En el mundo paranormal suele considerarse que las coincidencias tienen gran significado. Cuando la relación se establece de forma que parece imposible para nuestra intuición o las leyes de la probabilidad, tenemos tendencia a pensar que ha entrado en funcionamiento algo misterioso.
- Hay que valorar los fracasos, los hallazgos negativos. En ocasiones son la mejor forma de acercarse a la verdad. En las pesudociencias, en cambio, se hace caso omiso de los fracasos o se intentan racionalizar (los poderes no actúan siempre, demasiados controles dan resultados negativos, los poderes no funcionan en presencia de escépticos...).
 -  Correlación no equivale a vínculo causal (falacia post hoc): el hecho de que dos hechos se sucedan no significa que entre ellos exista una relación de causa y efecto.
- Rechazar la falacia de la negación o del falso dilema, consistente en polarizar el mundo de tal manera que, al desacreditar una postura, el observador se vea obligado a aceptar la otra. Una teoría nueva no sólo necesita pruebas en contra de la anterior, sino pruebas a su favor.
- Rechazar la falacia de la redundancia o de la tautología, en la que la conclusión no es más que una reafirmación de una de las premisas. Tenemos que intentar elaborar definiciones operativas que se puedan probar, falsear y refutar.




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