23 abr 2021

La belleza. "Muerte en Venecia".

    La novela “La muerte en Venecia” de Thomas Mann fue publicada en 1912, supone la aproximación narrativa al atardecer de una vida: la del escritor e intelectual Gustav von Aschenbach, cuando descubre el placer y el dolor que proporciona la belleza encarnada en este caso por el joven Tadzio. Casi al final de dicha novela, Thomas Mann utiliza una larga cita procedente del diálogo Fedón de Platón, en la que el filósofo reflexiona sobre la belleza que, a la vez, es espiritual y sensible y en esta ambivalencia reside precisamente su valor.

 Muerte en Venecia es un buen punto de partida para reflexionar sobre la Idea de Belleza y el Eros platónico. Ir más allá de la belleza corporal hasta la Idea en sí misma es la lección que da Diótima a Sócrates en El Banquete:

 En esta obra el autor abordará aspectos tales como como la pasión por el amado, el placer y el dolor, el mundo sensible y lo sensual, la capacidad de asombro, la admiración por la belleza en sí misma, el entusiasmo del alma ante la sublime perfección, y se planteará si el camino del arte es capaz de llevarnos hacia el conocimiento y la sabiduría.

Texto de Tomas Mann a partir de Platón: 

Porque la belleza, Fedón, nótalo bien, sólo la belleza es al mismo tiempo divina y perceptible. Por eso es el camino de lo sensible, el camino que lleva al artista hacia el espíritu. Pero ¿crees tú, amado mío, que podrá alcanzar alguna vez sabiduría y verdadera dignidad humana aquel para quien el camino que lleva al espíritu pasa por los sentidos? ¿O crees más bien (abandono la decisión a tu criterio) que éste es un camino peligroso, un camino de pecado y perdición, que necesariamente lleva al extravío? Porque has de saber que nosotros, los poetas, no podemos andar el camino de la belleza sin que Eros nos acompañe y nos sirva de guía; y que si podemos ser héroes y disciplinados guerreros a nuestro modo, nos parecemos, sin embargo, a las mujeres, pues nuestro ensalzamiento es la pasión, y nuestras ansias han de ser de amor. Tal es nuestra gloria y tal es nuestra vergüenza. ¿Comprendes ahora cómo nosotros, los poetas, no podemos ser ni sabios ni dignos? ¿Comprendes que necesariamente hemos de extraviarnos, que hemos de ser necesariamente concupiscentes y aventureros de los sentidos?

Fuentes: https://auladefilosofia.net/2010/10/08/luchino-visconti-muerte-en-venecia/

http://www.centrocp.com/la-derrota-del-artista-educador-en-muerte-en-venecia/

 https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2018/04/06/thomas_mann_muerte_venecia_81420_1821.html

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