21 feb 2023

Los orígenes de la ciencia moderna y el eurocentrismo

 "La ciencia no fue un producto únicamente de la cultura europea. Más bien, la ciencia moderna ha sido el resultado de reunir a personas e ideas de diferentes culturas de todo el mundo. Copérnico es un buen ejemplo. Escribió en una época en la que Europa estaba forjando nuevas conexiones con Asia, con caravanas que viajaban a lo largo de la Ruta de la Seda y galeones que navegaban por el océano Índico. Para su trabajo científico, Copérnico se basó en técnicas matemáticas que toma prestadas de textos árabes y persas, muchos de los cuales acababan de llegar a Europa. También se produjeron otros intercambios científicos a lo largo de Asia y África. Durante este mismo periodo, los astrónomos otomanos viajaron por el Mediterráneo, llevando con ellos unos conocimientos que eran una combinación de ciencia islámica con nuevas ideas tomadas prestadas de pensadores cristianos y judíos. En el África occidental, en las cortes de Tombuctú y Kano, los matemáticos estudiaban los manuscritos árabes importados desde el otro lado del Sáhara. Hacia el este, los astrónomos de Pekín leían los clásicos chinos además de textos científicos en latín. Y en la India, un acaudalado marajá contrató a matemáticos hindúes, musulmanes y cristianos para reunir algunas de las tablas astronómicas más exactas jamás realizadas".

James Poskett muestra en su libro Horizontes. Una historia global de la ciencia (Crítica, 2022) "cómo el desarrollo de la ciencia moderna estuvo condicionado por el intercambio cultural global". Pero también advierte que esta "no es simplemente una historia del triunfo de la globalización":
"Después de todo, el intercambio cultural se produjo de modos muy diferentes, muchos de los cuales fueron sumamente explotadores. Durante gran parte de la Edad Moderna temprana, la ciencia se fue conformando gracias al crecimiento de la esclavitud y los imperios. Durante el siglo XIX, el desarrollo del capitalismo industrial transformó la ciencia. Y durante el siglo XX, la historia de la ciencia se explica mejor teniendo en cuenta la guerra fría y la descolonización. A pesar de estos profundos desequilibrios de poder, personas de todo el mundo realizaron contribuciones significativas al desarrollo de la ciencia moderna".

Antes del siglo XVI, señala Poskett, "los eruditos europeos dependían casi exclusivamente de los textos de clásicos griegos y romanos... Sin embargo, después de la colonización de las Américas, una nueva generación de pensadores empezó a poner mucho más énfasis en la experiencia como fuente principal de la que extraer conocimiento científico. Realizaban experimentos, recolectaban especímenes y organizaron estudios científicos". Asimismo, los europeos entraron en contacto con las culturas científicas de las poblaciones nativas, recogiendo importantes aportaciones de historia natural, medicina o geografía. Durante el siglo XVIII, los estados europeos patrocinaron cientos de viajes de exploración, adjudicándose nuevos territorios y realizando de paso observaciones científicas. "Estos viajes proporcionaron a Newton y a sus seguidores los datos que necesitaban para responder a algunas de las cuestiones más fundamentales de las ciencias físicas".

Intercambio científico entre un erudito chino, uno japonés y uno holandés en el siglo XVIII (Wikipedia)

Las culturas colonizadas por los europeos poseían un amplio conocimiento de la historia natural. El imperialismo europeo, además de la violencia y apropiación que llevaba asociado, explica también el desarrollo de las ciencias de la Ilustración. Especialmente respecto a las dos ciencias más importantes del siglo XVIII: la astronomía y la historia natural: "Sin los imperios, Carl Linneo no podría haber desarrollado su sistema de clasificación biológica, y también dependió de la información recogida durante la expansión de los imperios comerciales europeos en Asia y las Américas".

El uso de las armas atómicas, a mediados del siglo XX, puso fin a las expectativas de una cooperación internacional en la ciencia. En la actualidad, observa Poskett, la ciencia se encuentra en el centro de un conflicto geopolítico que mantiene enfrentados a China y Estados Unidos. El doble impulso actual entre globalización y nacionalismo afecta especialmente a tres campos de investigación científica: la inteligencia artificial, la exploración espacial y la ciencia climática. Un campo científico que refleja claramente este conflicto es el de la genética, donde tras el carácter global, internacional, del Proyecto Genoma Humano, se han desarrollado proyectos gubernamentales que promueven un nacionalismo étnico que intenta comprender a sus naciones en términos raciales (diferenciando grupos étnicos nacionales de otros "no nacionales").

Así, pues, es necesario reconocer la contribución de otras culturas no europeas al desarrollo de la ciencia moderna, siendo ésta el producto de un intercambio cultural más amplio. Pero también debemos ser críticos con la idealización ingenua de la globalización y su historia:

"La historia de la esclavitud, los imperios, la guerra y los conflictos ideológicos condicionaron enormemente el inicio de la ciencia moderna. Los astrónomos del siglo XVII viajaron a bordo de barcos esclavos, los naturalistas del siglo XVIII trabajaron para las empresas de comercio colonial, los pensadores evolucionistas del siglo XIX lucharon en las guerras industriales y los genetistas del siglo XX siguieron promoviendo la ciencia racial durante la guerra fría. Debemos comprometernos activamente con los legados de estas historias en lugar de ignorarlos".

No hay comentarios:

La filosofía: "jugar en serio"

 Platón considera la actividad filosófica como "jugar en serio": tomar en serio cuestiones que generalmente ignoramos (o que consi...