Retrato de Margaret Douglas of Strathendry, madre de Adam Smith. |
Adam Smith, el padre de la ciencia económica, escribió en 1776 unas palabras que han forjado nuestra visión moderna de la economía: "No de la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero, sino de sus miras al interés propio, es de quien esperamos y debemos esperar nuestro alimento". Así, como explica Katrine Marçal (¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?, Debate, 2017), "cuando Adam Smith se sentaba a cenar, pensaba que si tenía la comida en la mesa no era porque le cayera bien al carnicero y al panadero, sino porque estos perseguían sus propios intereses por medio del comercio. Era, por tanto, el interés propio el que le servía la cena". Pero, advierte Marçal, ¿era realmente así? "¿Quién le preparaba, a la hora de la verdad, ese filete a Adam Smith?". La madre del economista escocés, que dedicó toda su vida a cuidar de su hijo, es una parte que éste pasó por algo cuando intentó responder a la pregunta de cómo llegamos a tener nuestra comida en la mesa.
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